Tomás Henríquez fue de esos artistas que fue capaz de dejar una huella en el campo que le tocó destacarse.
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Su talento fue tan grande que fue capaz de estar por encima de los prejuicios de una época. Y de un medio como la televisión, donde los estereotipos de gente «bonita», en lo posible, rubios de ojos claros, se impuso en ciertos momentos.
Nacido en Barlovento en 1921, a temprana edad se vino a Caracas buscando forjarse un mejor futuro. Fue así como, mientras trabajaba en una zapatería, fue animado a que presentara una prueba en Radio Caracas Radio, debido a su voz.
Más de cinco décadas actuó en diferentes producciones de ese canal. Emblemáticas como Pobre Negro o el papel de Manuel Fulvio Lanz, en Estefanía. Hasta ser la voz oficial de las cuñas de Navidad cuando ya casi se acababa el siglo. Fue, solo con su voz, uno de los personajes claves del éxito de Por estas calles, al dejar tácito el «continuará» al final de cada capítulo.
El cine también le sirvió como palestra para mostrar su trabajo. Películas como La Blandra Isabel llegó esta tarde y La epopeya de Bolívar, entre otras, lo tuvieron en su elenco.
Su último papel en la pantalla chica fue en la producción Reina de Corazones, en 1998. Después de eso, solo asistía al canal en convocatorias especiales. No obstante, continuó sin parar en la radio. Tuvo un programa diario en Kys FM, hasta poco antes de su muerte, en 2002, debido al cáncer.
Tomás Henríquez formó, junto a figuras como Amalia Pérez Díaz, Carlos Márquez y Mahuampi Acosta el cuarteto no solo veterano; sino de ejemplo para las nuevas generaciones.
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